EL LADO OSCURO

 

Y de repente la mente se queda en blanco.

Piensas...

Vuelves a pensar.

Te estrujas el cerebro, pero nada.

Así.

Sin más.

Realmente es aterrador ver como tienes ideas que vagan por tu cabeza, pero no eres capaz de plasmarlas y hacerlas tangibles. Intentas atraparlas, y se escapan.

Desaparecen.

Se llama bloqueo creativo y es el efecto que causa la presión, ansiedad e impaciencia. Un cóctel destructivo para el que hay que estar preparados si hemos elegido dedicarnos a esto de la creatividad.

 

 

 "Te estrujas el cerebro, pero nada".

 

La búsqueda del estilo propio, la originalidad, la innovación o conseguir éxito, fomentan aumentar la presión que nos imponemos nosotros mismos, provocando ansiedad por no tener resultados inmediatos. Es cierto que en muchas ocasiones, trabajar con presión es un aliciente para potenciar nuestra productividad, y sin duda ayuda a mejorar nuestro rendimiento. Pero es que, este tipo de presión es saludable, por que nos fuerza a sacar lo mejor que tenemos, y nos recuerda que somos capaces de conseguirlo.

 

Sin embargo, el cóctel del que os hablaba es diferente. Si no sabemos canalizar lo que nos ocurre, puede ser destructivo y estaremos entrando en "el lado oscuro".

Y una vez allí, en la oscuridad que proyecta el folio en blanco, es cuando debemos dar el primer paso. Que no es otro, que hacer que el folio deje de estar blanco. Avanzar es fundamental para superar estas lagunas recurrentes.

 

Aunque se da por hecho que la creatividad es espontanea (que viene a visitarte por sorpresa, te saluda, te inspira y se marcha), es importante tener presente que no podemos estar en todo momento inspirados, y tener una cierta organización previa es beneficioso.

En mi caso , me anoto una lista de objetivos conseguibles a corto plazo, cuya finalidad en estos momentos críticos sea, practicar, practicar y practicar. Este es el motor que hay que poner en marcha para que surjan ideas y nuevos retos.

 

En esta lista suelo incluir varias temáticas, y aunque soy de las que le gusta terminar lo que he comenzado, si me está resultando un obstáculo para continuar alguno de ellos, paso al siguiente (recordemos que estamos convalecientes...je)

  •  Uno de los objetivos es replicar trabajos que me gustan de otros profesionales sin ninguna pretensión, salvo hacer que la mano dibuje, y así mejorar los trazos. En estos momentos en los que no sabes que dibujar, fijarte en ilustraciones de otros siempre ayuda.
  • También me pongo a mejorar el diseño de personajes, que es otro handicap para mi, ya que nunca estoy al 100% satisfecha con el resultado. Por ello trabajo otros estilos y refuerzo el mio propio.
  • Busco temáticas nuevas para las ilustraciones y viñetas. Ni se sabe las listas que tengo... es difícil darle salida a todo, pero siempre surgen ideas.
  • Pensar en la próxima ilustración, incluso cuando acabo de empezar una. Reviso trabajos anteriores, ordeno contenidos y busco nuevos escenarios.

 

No hay receta mágica, pero es imprescindible dibujar diariamente para adquirir hábito. Supongo que esto es aplicable a cualquier disciplina. Enfrentarse diariamente al folio en blanco, es la única forma de dejar de temerlo.

Se trata de mirar de frente aquello que nos bloquea para descubrir que muchas veces, los límites nos los ponemos nosotros mismos.

 

 

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