Y DE REPENTE...

 

Yo un día me rompí.

 Un día a finales del 19. Recuerdo el vértigo, el vacío del estómago, la presión en el pecho. La sensación de que ya nada sería como antes y la incomprensión que acompañaría a esa sensación.

Y en medio de toda esa confusión, la vida sigue. Solo que, a partir de ese momento, te pasa por encima. Y dejé de vivir para sobrevivir.

Todavía no sabía que esa sensación inicial solo era el principio de un camino devastador, para mi entorno más cercano, y para mí misma.

Y llegó la pandemia. Y todo fue a un cajón. Porque todo eran prioridades salvo yo.
Así soy yo.

 

 

"Yo un día me rompí".

La vuelta a la cotidianidad solo me confirmó que ya nada sería igual. Yo seguía rota. Y todo sigue a tu alrededor.

 Y si, hay que pedir ayuda, pero...

... de inicio tu misma no reconoces que te ocurre, ni como verbalizar, ni por qué. Y pedir ayuda cuesta.
Además, el acceso a profesionales de salud mental no es fácil a través de la sanidad pública y tampoco ayuda que, una vez que lo consigues, cuentes con sesiones de 30 minutos de consulta. Como si “abrirte por dentro”, cuando hay días que te perdonas la vida, fuera sencillo y rápido.

 

En estos últimos años, he pasado por el ignorante escrutinio de mi médico/a de cabecera para derivar mi caso a psicología no sin antes preguntarme si quería la receta para adquirir antidepresivos. Un año en terapia psiquiátrica en consultas donde tenia que sentarme en una silla de hierro frente a la profesional asignada tras una insulsa mesa y un calefactor eléctrico. 

 

Simultáneamente, a través del seguro privado de la familia, un perito especializado me dio acceso a las veinte consultas de psicología de 30 minutos cada una que ofrece el seguro. Una vez en consulta, los propios profesionales te informan que para que sean útiles las consultas, procederán a juntaras de 2 en 2 para poder contar con una hora, por lo que las 20 se reducen a 10 al año. Es decir, el seguro privado solo te ofrece algo mas de 2 meses de terapia cuando generalmente los procesos terapéuticos semanales requieren mínimo 6 meses.

 

Por ultimo recurrí a las consultas privadas, donde el presupuesto por consulta ronda los 60-80€. Aquí, generalmente, te encuentras consultas acogedoras y espacios cuidados. Presumiblemente, ambientes donde te será mas fácil sentirte cómoda. Ahora bien, la clave es conectar con la/el profesional, y eso no siempre se produce. Los cambios de profesional son costosos, no solo en lo económico sino también en lo que a salud mental se refiere, porque volver a abrirte emocionalmente siempre es doloroso.

 Y si, hay que hablar con más naturalidad de salud mental.

Porque nos ocurre a las personas, a cualquiera y en cualquier momento de nuestras vidas, por muy amueblada que creas que tienes la cabeza.

Lo cierto es que, ante no saber cómo actuar, cuando sabes que alguien pasa por esta situación (algo razonable porque somos humanos y no lo sabemos todo) no optes por el abandono (“ya llamará, no hay quién hable con el/ella, no quiero molestar, no sé qué hacer, no tiene motivos para estar así…”). Si no sabes que decir, confesarlo es un comienzo para no caer en tópicos o frases manidas y vacías. Porque no se espera que tengas la solución, se espera compañía para sentir que vale la pena superarlo.

Una de las cosas que aprendí al inicio de mi terapia es que no puedo esperar que los demás sepan cuales son mis necesidades, cuando ni siquiera se las he comentado. Y dar este paso me costó porque daba por entendidas muchas cosas, pero lo sorprendente, fue comprobar que no las expresaba como debía y todo se malentendía. El cóctel formado por no expresarse bien y no tener un buen respaldo con tu entorno mas cercano, es demoledor. Esto fue lo segundo que aprendí...

 

Y si, hay personas que te abrigan, aunque ellas no lo sepan. Muy pocas, por eso brillan tanto. Gracias.

Hoy todavía sigo rota y a veces, me pregunto si esto ha venido para quedarse, si algún día dejaré de estarlo.

 

No juzgar. Visibilizar. Normalizar. Ayudar. Estar.

 Si estas pasando por algo parecido, te envío un abrazo, de no menos de 20 segundos, que es cuando empiezan a curar cuerpo y mente.
# DíaMundialdeLuchacontralaDepresión

 

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Comentarios: 2
  • #1

    Silvia (viernes, 13 enero 2023 09:36)

    Tienes mi abrazo de los segundos que necesitemos, yo también me nutro de él porque tanto se necesita.
    Tienes una luz tuya que te hace ser muy especial.

  • #2

    Paloma (viernes, 13 enero 2023 17:58)

    Te doy un abrazo de esos apretaos y largo. Tu eres muy grande. Un besazo